Desde el CISM pretendemos dar respuesta a las necesidades que tienen las personas sordas de recibir una atención especializada en psicología, tanto por la incidencia de trastornos mentales en este colectivo, como por sus características comunicativas específicas que imponen, en la mayoría de los casos, el uso de la lengua de signos. La comunicación efectiva y directa es clave para establecer un vínculo terapéutico sólido, y por ello, podemos asesorarte y derivarte a profesionales signantes o con experiencia en entornos bilingües, garantizando un entorno accesible, seguro y de confianza.

Estos profesionales ofrecen atención psicológica individual y familiar, adaptada a diferentes momentos vitales, problemáticas emocionales o situaciones de crisis. Se trabaja desde un enfoque integrador, respetuoso con la identidad sorda y centrado en la persona, abordando aspectos como la autoestima, el duelo, la ansiedad, la soledad no deseada, la salud mental o los conflictos relacionales. Nuestro objetivo es promover el bienestar emocional, reduciendo estigmas y asegurando que cada persona pueda acceder a los recursos de salud mental sin barreras ni exclusión.